Lock out estatal: incertidumbre por cargos y riesgo de paralización administrativa

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La Libertad Avanza escasea de equipos en mandos medios y ya se ven afectadas tareas de rutina para prestar servicios básicos.

Pocas lapiceras para demasiadas tareas administrativas y trámites que hacen funcionar el Estado, y por ende sus servicios, fue la confirmación que dejó el primer día de gestión de Javier Milei. Una incertidumbre que derrama en oficinas públicas nacionales y que genera el temor de una paralización estatal: a los mandos medios que no fueron reemplazados (que podría considerarse algo habitual en las transiciones) se suman la despedida pronta de quienes venían cumpliendo esas funciones y el bloqueo de las firmas de los pocos quedaron. Así, los distintos despachos están sumidos en incógnitas y por lo pronto no pueden dar respuestas a demandas sencillas, del día a día.

Conocedores de ese entramado de organigramas que subyace a los grandes nombramientos, recalcan que al fuerte recorte de las estructuras (según el DNU que modifica la Ley de Ministerios que hará que haya eliminación y absorciones) se suma que La Libertad Avanza no ha logrado completar todos sus equipos. “Los que iban a venir después se bajan o los bajan”, menciona un funcionario que seguirá en la administración pública. Y grafica que en la secretaría de su órbita había tres subsecretarías y nueve direcciones nacionales. Solo uno de esos doce funcionarios se presentó para la transición. Y luego no aceptó el cargo.

En un escenario en donde ya se despidieron buena parte de secretarios, subsecretarios y también directores, reina una confusión similar a la que orientó el postbalotaje para los cargos altos del Gobierno de Milei. Ya en la previa, en la base del funcionamiento del Estado marcaban como un hecho inédito que se prohibieran las firmas de las segundas, terceras y hasta cuartas líneas, que mantienen aceitado el andamiaje estatal. Luego, esa prohibición total viró a una guardia mínima, para autorizar y habilitar lo indispensable. Un lock out estatal que más allá del dogma del ajuste está relacionado a la falta de cuadros para completar casilleros, y también a las dificultades internas en LLA. Se hará, también, camino al andar.

Un caso paradójico se dio en el área de comunicación de un ministerio: responsables libertarios les pidieron usuarios y contraseñas de las redes sociales, pero en cuentas que eran espejo en el universo Meta (Facebook, Instagram) bajo denominación 2019-2023. De todos modos, al no crearse las cuentas nuevas, los encargados de esa tarea solo pueden subir información en X (exTwitter). “No nos pasaron manual de marca, cada ministerio hizo el logo que se le cantó. Y también nos bloquearon la posibilidad de subir noticias a la web de gobierno”, expresó un empleado, que señala la paradoja de que sigan figurando en las páginas oficiales los funcionarios de la gestión Alberto Fernández, ya que nadie puede actualizar los portales.

Derivaciones en Salud, compras de insumos necesarios para las oficinas, firmas de legajos que deben avanzar en despachos están así trabados, hasta que se reacomoden las sillas de los nuevos funcionarios, bajo una reestructuración anunciada.

Inclusive, proveedores del Estado en áreas sensibles esperan que se encarrile esta situación. Tras buscar en vano puentes con los referentes de LLA durante la transición, ahora necesitan acelerar mecanismos para ajustar, por caso, producción de insumos relevantes para la salud pública. La situación se replica en todas las áreas. Por debajo de la gran política y de la motosierra, hay expectativas en que el Gobierno libertario reacomode la planta baja y los subsuelos, donde a diario se pone en marcha el funcionamiento del Estado.

 

 

 

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