Cuáles serán los efectos sobre dólar y reservas del nuevo esquema de bandas del BCRA: la visión de la City

Justamente a partir de fin de año se espera un mayor ingreso de divisas, tanto por la liquidación de la cosecha fina (en un año récord para el trigo) como también por la venta de los cerca de USD 6.000 millones que consiguieron empresas y provincias en los mercados internacionales a través de la colocación de bonos.
Al mismo tiempo la demanda de dólares para atesoramiento por parte del sector privado se desplomó a solo USD 200 millones en noviembre, dejando espacio para que el excedente del mercado sea adquirido por el Central. Según informó la entidad a través de un comunicado, el objetivo de base es comprar alrededor de USD 10.000 millones a través de la emisión de pesos.
De esta forma, se avanza con el plan para remonetización de la economía. La expectativa es que la mejora de la actividad también aumente la demanda de pesos y por lo tanto no haya un traspaso a la inflación por la mayor oferta de dinero.
El BCRA no descartó que la compra de dólares incluso se eleve hasta los USD 17.000 millones, pero lo deja condicionado a dos factores: que aumente la demanda de pesos un 1% del PBI adicional y que lo permita la oferta de flujos del balance de pagos. En otras palabras, que el excedente de dólares sea de tal magnitud que permita ese nivel de acumulación.
El fortalecimiento del Central a través de la acumulación de reservas es una de las medidas más exigidas por los inversores en los últimos meses. Se trata de un aspecto clave para poder amortiguar los efectos de eventuales shocks externos en las variables financieras, especialmente en el tipo de cambio. Las reservas netas continúan en terreno negativo, lo que refleja una situación muy endeble.
Mientras tanto, el Tesoro sí aprovecha para acumular dólares que en este caso serán utilizados para pagar el vencimiento de deuda del 9 de enero. Ayer fueron alrededor de USD 300 millones, según fuentes del mercado, y esto permitió que las reservas superen los USD 42.000 millones.
Uno de los interrogantes es si la combinación de una mayor expansión de los agregados monetarios y eventualmente un ajuste más rápido del tipo de cambio impactarán en la baja de la inflación proyectada para el 2026, en el orden del 20 por ciento.
Claramente el equipo económico espera la inflación retome su tendencia descendente tras haber tocado un piso de noviembre. Pero sigue flotando la pregunta si será posible conseguir una reducción de tal nivel para pasar del 30% al 20% de un año al otro, a pesar de estos cambios en las reglas de juego.
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