«No hay plata»: la fábrica de los caramelos con la frase de Javier Milei suspendió a todos sus empleados sin goce de sueldo

Marengo, la pyme alimenticia de Santa Fe que se hizo viral con sus caramelos que aludían al eslogan presidencial «No hay plata. Ahora frenó la producción y suspendió sin goce de sueldo a sus 60 operarios.
Alrededor de 60 trabajadores de Marengo, la empresa alimenticia con sede en Rafaela, provincia de Santa Fe, que saltó a la fama por lanzar los caramelos “No hay plata”, recibieron en los últimos días la peor noticia: serán suspendidos sin goce de sueldo del 14 al 27 de julio, en medio de una crisis que combina ventas desplomadas y mercadería perdida tras un temporal.
Según la notificación firmada por el Área Legal de la compañía, la medida se ampara en los artículos 218 a 221 de la Ley de Contrato de Trabajo y responde a “fuerza mayor y falta de trabajo no imputable al empleador”.
La firma también informó que está reuniendo documentación para iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) ante el Ministerio de Trabajo, un paso que suele anticipar suspensiones más prolongadas o incluso despidos con reducción de costos.

Para el Sindicato de la Alimentación, la situación roza el escándalo: denunciaron que las suspensiones fueron comunicadas por WhatsApp a los operarios, sin la más mínima formalidad, ni notificación oficial al gremio. “Fue una decisión arbitraria y sin sustento”, remarcaron.
La tensión derivó en una audiencia que se celebrará el próximo martes en la delegación local del Ministerio de Trabajo, con la expectativa de destrabar el conflicto o, al menos, conseguir algún paliativo económico.
A principios de 2025, Marengo se había convertido en fenómeno de redes al lanzar sus caramelos “No hay plata”, con envoltorios que parodiaban la frase de cabecera del presidente Javier Milei. La campaña apelaba al humor para surfear la crisis: “Al mal tiempo, buena cara. Sacá una sonrisa y endulzá tu día con los caramelos ‘No hay plata’”, promocionaban.
Son caramelos duros, libres de gluten, surtidos, con sabor frutal y un toque ácido, que se venden en cajas con 24 bolsas, cada una de 100 unidades. Pero la sonrisa duró poco. Hoy, ni en la propia fábrica de los caramelos “No hay plata” hay plata. Y sus trabajadores son los primeros en comprobarlo en el bolsillo.