Duelo de figuritas en Economía: las diferencias entre Luis Caputo y Federico Sturzenegger
Mientras Luis Caputo tiene el objetivo de negociar el ingreso de capitales, Federico Sturzenegger apunta a una economía menos regulada. Las distintas miradas reviven rencores y diferencias de larga data de dos figuras clave para Milei.
Pragmatismo vs. reformismo, base del descuerdo entre Caputo y Sturzenegger
Más allá de que Sturzenegger haya elogiado los logros del actual equipo económico en los primeros seis meses de gestión, las diferencias con “Toto” existen y tienen distintas razones. Una de ellas es el objetivo que cada uno tiene en materia económica dentro del Gobierno de Milei. Y es que, por un lado, Caputo tiene un objetivo muy claro en materia fiscal. “Su principal meta es mantener el balance financiero en terreno positivo y negociar con empresas o grupos económicos para lograr traccionar capitales e inversión extranjera”, dice una fuente del mercado.
“Hay que tener en cuenta, si se encara un plan de desregulación, atravesaría todos los sectores económicos. Va desde, por ejemplo, el mercado de trabajo, pasando por el proceso de compra de un auto, hasta las reglas del mercado financiero. Caputo, por otro lado, si tiene alguna regla de juego que puede negociar a la hora de gestionar algún ingreso de capital, mejor”, describe un experto en la materia.
Se podría resumir en que, mientras uno tiene el objetivo de negociar el ingreso de capitales, el otro apunta a una economía menos regulada y más basada en las reglas de mercado y esta este enfoque de Sturzenegger, en algunos sentidos, le puede llegar a “escupir la sopa”, como quien dice, a Caputo. Pensemos, por ejemplo, si levantan todos los beneficios a la industria en Tierra del Fuego, Caputo y Milei tendrían un grave problema para llevar adelante su actual estrategia de negociación con los gobernadores, las empresas, el FMI y los fondos internacionales.
Diferencias en política monetaria y el Banco Central que cada uno quiere
Por otro lado, en materia monetaria y cambiaria, no está tan clara cuál es la visión de fondo del actual ministro, pero, sobre la base de la política que está aplicando, se podría decir que, mientras “Sturze” tiene una visión de un Banco Central más tradicional, en la actualidad, el regulador monetario, a cargo de Santiago Bausili, ex socio de Caputo, rige una dinámica de tasa de interés negativa con el objetivo de licuar los pasivos del BCRA y los pesos de la economía. Eso, acompañado de un ritmo de microdevaluaciones diarias (“crawling-peg”) del peso del 2% mensual.
Asimismo, se podría decir que la impronta de Sturzenegger es más academicista y teórica que la de Caputo. “Es inflexible con el plan que él diseña y que cree que va a funcionar”, acota una fuente cercana al Gobierno. Es taxativo en que la intervención del Estado es un estorbo para la economía, en línea con el discurso de Milei. Pero, bien sabemos que del dicho al hecho hay un trecho y la realidad le ha demostrado al presidente que una cuota de pragmatismo es muy necesaria a la hora de la gestión.
Y ahí es donde se acerca a Caputo, que tiene la impronta de un hombre más medido en cuanto a la política. Es un experto en gestión de bonos, deuda y es más abierto a escuchar otras opiniones que Sturzenegger. “Caputo es más receptivo respecto de la política”, explican cerca del oficialismo.
Uno busca revertir su imagen en la gestión, el otro debe probar la sustentabilidad de su plan
Otro contrapunto es que Sturzenegger es una persona a la que no se le conocen éxitos en términos de gestión. “Las dos veces que fue funcionario, con Cavallo y con Macri, tuvo una gestión bastante pobre”, cuenta un experto en historia económica a este medio. En tanto que, a Caputo, se lo ve como más asertivo y está más vinculado con los inversores y los fondos internacionales.
Por su parte, Sturzenegger tiene la deuda de mostrar algún acierto económico desde hace varias gestiones y está convencido de que esta vez lo logrará. Desde la mirada de un analista político consultado por este medio, el imaginario popular indica que quien hoy es uno de los ministros favoritos de Milei “tiene una visión más concentrada en un objetivo final, más de túnel con foco en un destino, que hace más al ordenamiento de la macroeconomía”.
Y quien aspira a sumarse al Gabinete en la cartera de Modernización aparenta ser un pensador más de amplio espectro, quizás, más cercano al pensamiento del presidente porque ambos son más generalistas de la economía. Además, los dos tienen mayores pretensiones de cambios estructurales, mientras que Caputo está concentrado en su misión de sacar a flote el barco, más que en una línea refundacional del país, que es la de Sturzenegger.
Queda claro que el actual ministro de Economía logró desacelerar la evolución de la inflación, marcar superávit fiscal y mejorar el balance del BCRA, pero existen ciertas dudas respecto de la posibilidad de continuidad de estos aciertos. “Necesita definir un programa de fase 2, que incluye desde un nuevo acuerdo con el FMI, hasta un presupuesto para el año próximo”, advierte un economista de la city.
Y, en esa necesidad de redefinición, el mercado plantea que no puede seguir de acá a18 meses con el “crawling peg” del 2% para el dólar. Necesita delinear un nuevo rumbo y, en ese marco, una entrada de Sturzenegger, con un plan desregulación de la economía, que es un planteo “pisa callos” para el sector privado, le resulta algo amenazante.
Convivencia Caputo/Sturzenegger: ¿misión imposible o cuestión de tiempo?
En definitiva, en gran parte, estas miradas diferentes radican también en la concepción de la economía que cada uno de ellos. Mientras el “Messi” de las finanza tiene un perfil más financista, “Sturze” tiene uno más de macroeconomista y apunta a la sostenibilidad como eje de un programa económico con una visión macro y otra micro, al estilo de Domingo Felipe Cavallo, por ejemplo. En tanto, el actual plan económico tiene algunos elementos macro y otros micro, pero más “sui generis” y, ahora, debería empezar otra etapa más de largo plazo.
Lo más probable es que, a pesar de estas diferencias, ambos tengan que coexistir en el Gabinete en breve, si, finalmente, Sturzenegger se suma en una nueva etapa del plan de Milei porque, por ahora no puede sacar a Caputo del cargo. Lo necesita para dar imagen de continuidad. Pero, todo indica que el ministro está esperando al momento justo para acceder a la incorporación de esta nueva figura, que podría disputarle poder. Ese poder que él ha acaparado bajo la idea de que necesita más control de las áreas de la economía para controlar el gasto.
¿Cuál es? Es difícil saberlo, pero muchos arriesgan que podría esperar a cerrar un nuevo acuerdo con el FMI y la aprobación de la ley Bases en Diputados, luego de haber pasado por el Senado.
El objetivo es que, cuando sea que se defina esta jugada, Caputo ya tenga asegurados los fondos para el inicio del levantamiento del cepo. Pero hay que ver si la paciencia de quien espera en boxes dará para tanto y la ansiedad del presidente por empezar a recorrer el camino más refundacional que desea para la Argentina, en el que cumple una pieza clave Sturzenegger, resiste.
ambito