Entre Rios: La historia de la draga hundida, un naufragio que sigue conmocionando

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Hundimiento de la draga 2 C  M.O.P.

El 16 de abril de 1959

Frente al km 2 de acceso a Gualeguaychú, se dio vuelta el jueves a las 2 y 30 de la madrugada la draga número 2 C del MOP, dotada de 12 tripulantes, de los que solo 3  salvaron sus vidas.

Los sobrevivientes individualizados fueron Ángel Benítez de 34 años (cocinero), y Juan Larroble de 31 años (ayudante de cocina), domiciliados en la ciudad de Concepción del Uruguay. Quienes manifestaron que, a la hora expresada, estaban todos los ocupantes de la embarcación levantados, en estado de alerta por la fuerte tormenta que los azotaba y que, en un momento dado, rápidamente la draga se dio vuelta desapareciendo de la superficie. Ellos dos se salvaron agarrados a unas tablas, siendo arrastrados durante 5 horas por la correntada y el fuerte viento hasta que tocaron tierra frente a Ñandubaysal, desde donde fueron rescatados por personal de una estancia cercana y conducidos en tractor hasta la comisaria de el Potrero. Momentos más tarde, fueron trasladados hasta la subprefectura local, repartición que instruyo el sumario correspondiente, a cargo del 2do jefe Juan A. Centurion.

Con posterioridad llegaron noticias de que en el mismo lugar de Ñandubaysal, reapareció el tercer sobreviviente llamado Guillermo Burft o Warst de Concepción del Uruguay.

En la noche del día 17, personal de Destacamento Boca de la subprefectura, traslado a tres cadáveres pertenecientes a la tripulación de la draga y cuyos nombres eran: Agenor  León Rojas (Capitán de la embarcación), Serapio Enrique Brau, los dos de Gualeguaychú y Pedro Chichi de Concepción del Uruguay.

La nómina de los seis restantes era la siguiente: Antonio Gonzales e Irineo Fernández, oriundos de C. del Uruguay, Luciano Santos David Aguirre, Ignacio Manuel Casafuzz, Isidoro Alcaraz o Alcará y Raúl Geloz de Gualeguaychú.

Viernes 17: el cielo amaneció despejado y un brillante sol con una temperatura otoñal. El río Uruguay que en Concordia había alcanzado los 18, 15 metros sobre el nivel cero, y el Río Gualeguaychú los 7 metros sobre el cero, empezaban a bajar su nivel de agua a 10 cm por hora. El río Uruguay se presentaba muy correntoso.

Aunque no había una determinación exacta por haberse superado la marca máxima en el poste medidor de la escala Hidrométrica en el puerto, se estimaba que la altura mayor alcanzada por el río Gualeguaychú fue de 7 metros, es decir un metro más que la de 1914.

La presidencia de la Nación había dado a conocer un panorama de la situación en base a informaciones recogidas en las zonas afectadas. Señalaba que la bajante era general en todos los ríos. El Río de la Plata se presenta en bajante y por debajo de su nivel normal, la zona del Delta sigue afectada a pesar de que baja el Río de la Plata. Con el Río de la Plata había desaparecido el taponamiento que provocaba al río Uruguay.

Sábado 18 y domingo 19: Río Negro, Uruguay, represa Rincón del Bonete, el día 18 ante la incertidumbre de si el dique de la represa soportaría el embate de las aguas, y con la finalidad de no poner en riesgo la vida de 12.000 personas, el comando del Ejército Nacional procedió a la evacuación de la población de la ciudad Paso de los Toros y zonas vecinas, aguas debajo del embalse de Rincón del Bonete. También evacuaron 122 personas; funcionarios, mujeres y niños de la población de Rincón del Bonete.

En las horas de la tarde del 19 de abril, se destruyeron unos 50 metros de terraplén con el uso de maquinaria pesada y explosivos. La explosión no tuvo nada de espectacular ni trascendente. El pie del mismo estaba en la cota +80,00 y la cresta a +85,00 m, de modo que inmediatamente de la voladura, solamente un magro caudal de 1.500 m³/s se escapó por la brecha abierta, en comparación a los 9.000 m3/s que pasaban por el dique y el vertedero. Horas más tarde, se abre otro escape al lago, por las nacientes de un gajo del arroyo Alburquerque, en donde el campo tiene un cuello a +83,30 aproximadamente.

Lunes 20: En la tarde del 20 se encontró el cuerpo de Antonio Gonzales, tripulante de la draga, su cuerpo fue trasladado a Concepción del Uruguay donde residía. La altura del río Gualeguaychú a las 11 y 30 hs era de 5,50 m., Concordia 12.20 m., C. del Uruguay 8,30m.

Jueves 23: En horas de la tarde del día 23 de abril, en inmediaciones donde naufragara la draga, fue encontrado  el cadáver del señor Ignacio Manuel Casafuzz, vecino de nuestra ciudad de 49 años de edad.

Martes 9 de junio: habrían sido visto dos cadáveres, tripulantes de la draga, si bien no habían sido proporcionadas informaciones oficiales, en la mañana gano la calle, la noticia de que el señor José Fernández, empleado del Ministerio de Obras Publicas de la Nación, al regresar del cumplimiento de su misión, sobre una zona determinada del río Uruguay, había visto a través de un ojo de buey, dos cadáveres, suponese  de los tripulantes de la draga 2 C del M.O.P. que como se recordara zozobrara, en la mañana del 16 a la altura del km 2 , al registrarse vientos huracanados.

Las autoridades de la subprefectura habían tomado las providencias necesarias y en la mañana del 10 de junio con el empleo del material adecuado, entre ellos dos bombas succionadoras que fueron solicitadas a C. del Uruguay , se procedería al rescate de los mismos los que al parecer,  se encontrarían , aprisionados por una escalera.

Los cadáveres de los malogrados tripulantes, que faltaban rescatar, pertenecían a los que fueran apreciados convecinos de nuestra ciudad, señores Raúl Geloz, Isidoro Alcaraz o Alcará, y Luciano Santos David Aguirre e Irineo Fernández de C. del Uruguay.

Miércoles 10 de junio: En las primeras horas de la mañana entro a puerto la draga n° 203 0 303, procedente de C. del Uruguay, a cargo del capitán Francisco Igarzabal que con una tripulación integrada por 15 hombres y personal de la subprefectura Gualeguaychú procederá a las tareas de rescate.

Cerca de las 11 de la mañana, apareció el cadáver de uno de los tripulantes de la draga hundida, cuando el capitán de la draga 303 0 203 don Francisco Igarzabal, advirtió la presencia en las aguas de un cadáver, que tenía puesto un salvavidas. Solicitada la presencia de funcionarios dela subprefectura, se pudo comprobar en el acto, que el cadáver pertenecía a unos de los tripulantes de la draga del M.O.P.

Dado su estado de descomposición, y haber sufrido mutilaciones de importancia por causa de su prolongada permanencia en el agua, le falta la cabeza, el brazo izquierdo y había perdido las líneas papilares de los dedos, la identificación, que estuvo a cargo del jefe de identificaciones del departamento Central de la Policía señor Manuel Quinteros, quien contó con la colaboración del oficial Hugo Gonzales, fue absolutamente imposible.

Se presume que el cadáver hallado pertenece  a un tripulante llamado Irineo Fernández, que de los obreros que trabajaban en la draga, era el de más baja estatura, teniendo además un pie defectuoso.

Una señora que ocupando una embarcación se hallaba próxima al lugar donde fue hallado el cadáver, solicito ver el cadáver en el deseo de comprobar si se trataba de su esposo. No habiendo logrado su objetivo al parecer. El cadáver fue trasladado a C. del Uruguay.

 

De sus relatos surge que esa noche en momentos antes de la tragedia, Raúl Geloz y  Luciano Santos se sacan sus chalecos salvavidas y se lo entregan a uno de los 3 tripulantes que pudieron lograr salvar sus vidas.

En la noche del día 17, personal de Destacamento Boca de la subprefectura, traslado a tres cadáveres pertenecientes a la tripulación de la draga y cuyos nombres eran: Agenor  León Rojas (Capitán de la embarcación), Serapio Enrique Brau, los dos de Gualeguaychú y Pedro Chichi de Concepción del Uruguay.

La nómina de los seis restantes era la siguiente: Antonio Gonzales e Irineo Fernández, oriundos de C. del Uruguay, Luciano Santos David Aguirre, Ignacio Manuel Casafuzz, Isidoro Alcaraz o Alcará y Raúl Geloz de Gualeguaychú.

Viernes 17: el cielo amaneció despejado y un brillante sol con una temperatura otoñal. El río Uruguay que en Concordia había alcanzado los 18, 15 metros sobre el nivel cero, y el Río Gualeguaychú los 7 metros sobre el cero, empezaban a bajar su nivel de agua a 10 cm por hora. El río Uruguay se presentaba muy correntoso.

Aunque no había una determinación exacta por haberse superado la marca máxima en el poste medidor de la escala Hidrométrica en el puerto, se estimaba que la altura mayor alcanzada por el río Gualeguaychú fue de 7 metros, es decir un metro más que la de 1914.

La presidencia de la Nación había dado a conocer un panorama de la situación en base a informaciones recogidas en las zonas afectadas. Señalaba que la bajante era general en todos los ríos. El Río de la Plata se presenta en bajante y por debajo de su nivel normal, la zona del Delta sigue afectada a pesar de que baja el Río de la Plata. Con el Río de la Plata había desaparecido el taponamiento que provocaba al río Uruguay.

Sábado 18 y domingo 19: Río Negro, Uruguay, represa Rincón del Bonete, el día 18 ante la incertidumbre de si el dique de la represa soportaría el embate de las aguas, y con la finalidad de no poner en riesgo la vida de 12.000 personas, el comando del Ejército Nacional procedió a la evacuación de la población de la ciudad Paso de los Toros y zonas vecinas, aguas debajo del embalse de Rincón del Bonete. También evacuaron 122 personas; funcionarios, mujeres y niños de la población de Rincón del Bonete.

En las horas de la tarde del 19 de abril, se destruyeron unos 50 metros de terraplén con el uso de maquinaria pesada y explosivos. La explosión no tuvo nada de espectacular ni trascendente. El pie del mismo estaba en la cota +80,00 y la cresta a +85,00 m, de modo que inmediatamente de la voladura, solamente un magro caudal de 1.500 m³/s se escapó por la brecha abierta, en comparación a los 9.000 m3/s que pasaban por el dique y el vertedero. Horas más tarde, se abre otro escape al lago, por las nacientes de un gajo del arroyo Alburquerque, en donde el campo tiene un cuello a +83,30 aproximadamente.

Lunes 20: En la tarde del 20 se encontró el cuerpo de Antonio Gonzales, tripulante de la draga, su cuerpo fue trasladado a Concepción del Uruguay donde residía. La altura del río Gualeguaychú a las 11 y 30 hs era de 5,50 m., Concordia 12.20 m., C. del Uruguay 8,30m.

Jueves 23: En horas de la tarde del día 23 de abril, en inmediaciones donde naufragara la draga, fue encontrado  el cadáver del señor Ignacio Manuel Casafuzz, vecino de nuestra ciudad de 49 años de edad.

Martes 9 de junio: habrían sido visto dos cadáveres, tripulantes de la draga, si bien no habían sido proporcionadas informaciones oficiales, en la mañana gano la calle, la noticia de que el señor José Fernández, empleado del Ministerio de Obras Publicas de la Nación, al regresar del cumplimiento de su misión, sobre una zona determinada del río Uruguay, había visto a través de un ojo de buey, dos cadáveres, suponese  de los tripulantes de la draga 2 C del M.O.P. que como se recordara zozobrara, en la mañana del 16 a la altura del km 2 , al registrarse vientos huracanados.

Las autoridades de la subprefectura habían tomado las providencias necesarias y en la mañana del 10 de junio con el empleo del material adecuado, entre ellos dos bombas succionadoras que fueron solicitadas a C. del Uruguay , se procedería al rescate de los mismos los que al parecer,  se encontrarían , aprisionados por una escalera.

Los cadáveres de los malogrados tripulantes, que faltaban rescatar, pertenecían a los que fueran apreciados convecinos de nuestra ciudad, señores Raúl Geloz, Isidoro Alcaraz o Alcará, y Luciano Santos David Aguirre e Irineo Fernández de C. del Uruguay.

Miércoles 10 de junio: En las primeras horas de la mañana entro a puerto la draga n° 203 0 303, procedente de C. del Uruguay, a cargo del capitán Francisco Igarzabal que con una tripulación integrada por 15 hombres y personal de la subprefectura Gualeguaychú procederá a las tareas de rescate.

Cerca de las 11 de la mañana, apareció el cadáver de uno de los tripulantes de la draga hundida, cuando el capitán de la draga 303 0 203 don Francisco Igarzabal, advirtió la presencia en las aguas de un cadáver, que tenía puesto un salvavidas. Solicitada la presencia de funcionarios dela subprefectura, se pudo comprobar en el acto, que el cadáver pertenecía a unos de los tripulantes de la draga del M.O.P.

Dado su estado de descomposición, y haber sufrido mutilaciones de importancia por causa de su prolongada permanencia en el agua, le falta la cabeza, el brazo izquierdo y había perdido las líneas papilares de los dedos, la identificación, que estuvo a cargo del jefe de identificaciones del departamento Central de la Policía señor Manuel Quinteros, quien contó con la colaboración del oficial Hugo Gonzales, fue absolutamente imposible.

Se presume que el cadáver hallado pertenece  a un tripulante llamado Irineo Fernández, que de los obreros que trabajaban en la draga, era el de más baja estatura, teniendo además un pie defectuoso.

Una señora que ocupando una embarcación se hallaba próxima al lugar donde fue hallado el cadáver, solicito ver el cadáver en el deseo de comprobar si se trataba de su esposo. No habiendo logrado su objetivo al parecer. El cadáver fue trasladado a C. del Uruguay.

Los cuerpos de Raúl Geloz, Luciano Santos David Aguirre e Isidoro Alcaraz o Alcará nunca fueron encontrados, creyéndose que quedaron atrapados dentro de ella.

 

 

Fuente: Historias de Entre Rios

 

 

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